Letras absurdas

Escribir letras de canciones es algo que te viene fácil si te has pasado parte de tu vida escribiendo tonterías, manchando papeles primero por sufrimiento, luego por placer, luego por vanidad, y finalmente como escapada. Luego otros escriben letras de canciones porque las canciones llevan letras. Estos últimos son los más entendibles, los primeros suelen ser crípticos y más interesantes.
Los que escriben letras como prolongación de la literatura que aman me parece que son los que generalmente merecen dos, tres, cuatro y a veces trescientas cincuenta y siete relecturas. Y la verdad, cada relectura es más placentera.

Luego los hay que intentamos hacer algo que refleje nuestra alma, nuestro mundo, nuestro espíritu maltrecho, alguna historia que nos pasa, y a veces escribimos frases extrañas y otras cuentos de peluquería. Generalmente todo muy malo. Pero hacemos lo que podemos, no somos Zimmerman, que Dylan solo hay uno. Y Thomas también.

De todas formas esto venía un poco porque quería hacer una ligera mención a las letras de un españolito de a pie que está medio olvidado ahora pero que sigue haciendo sus cosas para minorías. Un tal Coque Malla, aquel chico de Los Ronaldos, banda que siempre me atrajo porque me recordaban a los Stones, y que ahora estoy descubriendo en una magnitud curiosa. Recuerdo que hace años, tantos como los que hace de cuando estaban en plena fama estos chicos, escuchaba las letras del señor Malla con bastante desprecio. Me resultaban literalmente “tontas”…ahora creo que el tonto era yo. Es tan sencillo que ahora, diez años después, entiendo mejor el escribir así. Entiendo que el absurdo se instale en un texto, en unas frases, es un método de gritar con la seguridad que solo la belleza puede salvarte y nadie se va a dar cuenta, "el aire se ha quedado parado y yo estoy aquí esperando un milagro". Claro, ahora yo intento hacer letras también.

Y es que mi problema era que el listón lo tenía en Antonio Vega, y eso era muy difícil de superar así como así. Afortunadamente ahora siento respeto por las locuras mallianas. Y me parecen, en muchas ocasiones, maravillosas. "Arboles cruzados", o "así no se vive bien" son sencillamente geniales. En ritmo, en obsesión y en “feeling”, que es como sentimiento pero con más complicidad..

Total…que está bien seguir descubriendo cosas.