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Desgobierno ácrata para dementes irredentos

Festivales felices

Festivales felices Triunfa el festival Sonar, triunfa mientras algunos madrileños oimos palmadas desde nuestro sofá. No hay tiempo para disfrutar de un festival cuando tienes un trabajo normal, no hay tiempo para nada. No hay tiempo de un festival si tienes una rueda que te obliga a girar porque de no hacerlo te aplasta la propia rueda. Eres una parte de la circunferencia rotatoria.

Crecer está mal visto en esta sociedad, está mal porque ya no eres un alocado. Creces y te conviertes en un subsidiario de la felicidad. Recibes tu ración de felicidad guardando cola en el hospicio de la Alegría, que queda muy bonito como nombre de hospicio. Ya no eres nadie cuando cumples los 30, si tienes algún tímido deseo de disfrutar en festivales ya alguien te señala con el dedo. Mucho menos si cumples los 30 y tienes un trabajo digno. Y menos aún si tienes una familia. No eres nadie,…y mejor no serlo porque si pretendes ser alguien enseguida todo el entorno se encarga de volcar sobre ti un millón de toneladas de prejuicios. Así pasa luego, que la gente pierde el color…y las ideas.
Cuando tienes menos de 30 tienes muchas ideas, luego es mejor perderlas. Total, si no las pierdes encima es peor porque tienes sensación de que las traicionas. Otra opción es convertirte en una estrella del cine o del rock and roll. Pero de estos hay pocos, el Banderas o la madre Bardem, el Sabina o Rosana. Y tampoco estoy seguro de si estos no estarán en la cola del hospicio, solo que un poco más pa’lante.

Si has cumplido los 30 pégale un tiro a la conciencia porque sino se lo pegarán los demás. En el fondo no se porque critico a la gente. Todos somos víctimas…aunque es verdad que unos más que otros. Ah, ya me acuerdo porque critico, me acuerdo y estoy seguro de que podría haber escrito esto pensando en que son víctimas, pero culpables.

En fin…además, a mi me gusta el de Benicassim.

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