Blogia
Desgobierno ácrata para dementes irredentos

Calores, cambios y humanidad

Calores, cambios y humanidad El paso del calor es incesante en esta época. El calor nos pasa, nos atraviesa porque de eso se trata en esta época. Y todavía hablamos de ello. Y hablaremos siempre. Así somos los humanos, siempre hablamos de lo mismo pese a que lo mismo sea eso, lo mismo. Los tópicos de charlas de climas se instauran en nuestras vidas como remedo a silencios tensos. Frente a lo tenso lo vulgar. No se, no veo muy bien la compensación.
A mi el silencio me suele agradar, especialmente cuando veo que alrededor solo hay frases vacías. Lo bueno del silencio es que sin tener nada que aportar no hace esfuerzos para aportar nada, mientras que la conversación tópica a mi me resulta invasora de mis devaneos mentales, mis momentos de cordura con quietud del entorno.
Ya no me creo nada, salvo la hipocresía, esa sí. Pero aparte de lo hipócritas que somos, no veo que seamos mucho más. Lo peor de todo es que cualquiera estaría de acuerdo con esta frase y pocos harían algo por remediarla. Porque si bien todos estamos de acuerdo en que somos hipócritas, también el acuerdo serían unánime en afirmar que son “todos los demás” los hipócritas. Esto debe ser ya el colmo de la hipocresía, sentirse excluido de una verdad universal tan solo de una forma aparente. Tremendo.
Sigue haciendo calor y en Galicia cambian las tornas. El cambio viene vestido de emigrante. No somos más que la España de los sesenta con el españolito en Alemania. Ahora también cuenta el emigrado. Político, económico, social,...los motivos para hacer un hatillo pueden ser miles. Pero la tierra se lleva en ese hatillo, seguramente mucho más que los que se quedan. Ahora cuenta el voto del hatillo, ahora al menos el hatillo puede manifestarse. Ahora, además, algunos hatillos son de Louis Vuitton.

0 comentarios