Blogia
Desgobierno ácrata para dementes irredentos

Invasión de los monstruos humeantes

Invasión de los monstruos humeantes La presión que los fumadores están sufriendo últimamente es cuanto menos curiosa. Empiezan a sentirse unos apestados de la sociedad, y encima es que así son tratados. No poder fumar es como no poder meterse tu gramo de cocaína necesaria para tener buen rollo en las relaciones nocturnas, es como no beberte la copa que te deja contentillo después de una comida agradable, es como terminar sin terminar y tener la sensación de no haber empezado.

Es buscar una salida porque en las salidas generalmente hay calles y ahí de momento todavía les dejan expeler humo atroz. Pensemos si realmente pueden tener derecho al voto, pensemos si el voto puede ser ejercido por unos tipejos que están sometidos a la dictadura de la nicotina y que ejercen su fascismo incontrolable sobre las fosas nasales de todos los que le rodean. ¿Es lícito mantenerles los derechos sociales tan duramente conseguidos tiempo atrás?

Obviamente no. Tenemos que erradicar la plaga del fumador. Son gente a destruir, aunque quizás ni siquiera sean gente, sean elementos rebeldes mitad animales mitad chimeneas, androides que persiguen el fin del género humano. Debemos exterminarlos, y para ello es mejor hacerlo poco a poco, prohibiéndoles su alimento vital, prohibiéndoles tragar humo, prohibiéndoles su esencia. Castrando sus intenciones siniestras desde la raíz.

Los fumadores, esa raza infecta, subhumanos dueños de voluntades ajenas cuya malvada intención es dominar el planeta exterminando humanos, bosques, selvas, y otras zonas planetarias. Pretendiendo imponer un régimen de humo perpetuo, contaminación por doquier, matando humanos en gestación de embarazadas, provocando enfermedades en personas sanas, escarbando lentamente los cimientos de la economía con gastos cada vez más elevados en seguridades sociales, libros de autoayuda, campañas de publicidad. Los fumadores, nuestros enemigos.

Afortunadamente algunos prohombres, visionarios, gente de bien, con mente preclara, ya han empezado a intuir la amenaza y van poniendo remedio. La prohibición total es la única forma de ir acabando poco a poco con la plaga, los ladrones de almas. Estos orcos humeantes han sido descubiertos por unos pocos iluminados. Y estos iluminados han logrado que nos demos cuenta de la realidad, de la brutal amenaza de los fumadores malévolos. Y aún estamos a tiempo de acabar con ellos.

Debe haber fumadores originales, los plagadores, los que extendieron el mal, y fumadores contagiados. Estos últimos son humanos que han sido atraídos y cautivados por el mal. Estos últimos eran humanos hace un tiempo.

Dicen algunos que para estos, la redención es posible, viable en aquellos humanos que no han sido devorados totalmente por el monstruo. Para ellos aún queda cierta esperanza. Ellos que aún pueden pasar cuatro horas sin fumar y mantener cierta expresión de tranquilidad en el rostro. Ellos tienen la opción de ser salvados. Debemos proclamar su humanidad. Ellos pueden volver al buen ganado.

Desconfiemos de todas formas de los que fuman a nuestro lado, quieren hacerse con nuestra alma, quieren poseer nuestra mente. Quieren acabar con todo.

0 comentarios